En El Volcán y Potrero los focos estaban controlados. Pero seguían activos en otras zonas de difícil acceso.
Los incendios que azotan a distintos sectores de la provincia están contenidos en algunos sectores y en otros siguen su paso. De acuerdo a lo que informó el jefe de Bomberos de la Policía, Rafael Godoy, unos 94 kilómetros cuadrados fueron consumidos por el fuego (equivalente a 9.400 hectáreas). Asimismo, aún resta indagar específicamente y con satélite la totalidad de los daños.
Hasta la noche de este martes había un foco ígneo en el Durazno Alto que estaba contenido. En Nogolí había otro activo, en segmentos de difícil acceso. Distintas dotaciones accionan en la zona del Salto de la Negra Libre y en el Valle de Pancanta. A su vez, lo que refiere a Potrero de los Funes y El Volcán, estaban controlados, pero con personal en alerta.
Para conocer los daños, El Diario de la República recorrió localidades afectadas. El testimonio de la gente se replicaba en cada sector, donde la desolación y la desesperación fueron el cruce de emociones interminables.
Al pasar por el camino que va hacia el seminario San José y San Miguel Arcángel, entre Potrero de los Funes y El Volcán, la postal es de película. El polvo que se pega al calzado, tiznado, anuncia un desierto artificial creado por la ferocidad de las llamas.
“Ha venido mucha gente a auxiliarnos. Nos quemó todo lo verde, que es lo que comen las cabras. Lo bueno, dentro de todo lo malo, es que no les pasó nada a los animales. A la noche (del lunes) se apagó todo, gracias a Dios”, contó Manuel Ceferino Coria, quien se encontraba con su mamá, Enriqueta Suárez.
“No es la primera vez que nos pasa. El año pasado fue una de las pocas veces que no se quemó. Ahora nos agarró alambre, el corral. Lo bueno es que los animales se salvaron, las cabras son como los caballos, se abatatan; se habían metido en unas rocas y así se protegieron”, agregó.
El contexto desolador también se ve en la zona del cementerio Parque de la Quebrada y segmentos cercanos a la Quebrada de los Cóndores. Allí, las llamas dieron una batalla voraz el lunes a la noche. Ahora está controlado.
En los alrededores de El Trapiche, un importante campamento se levanta a un costado de la ruta. Se trata de un predio donde está el helicóptero del plan nacional de Manejo del Fuego, y una serie de móviles y equipamiento de diferentes instituciones. El contexto muestra todo el aparato a disposición para preservar la integridad de las vecinas y vecinos.
“En Valle de Pancanta está activo, fuera de control. Tenemos gente trabajando, los helitransportamos (por la dificultad para ir con otros medios). Nosotros vamos haciendo nuestras acciones, pero está fuera de control porque el fuego sigue su rumbo. Esta noche (por ayer) tenemos una reunión de comando para ver las actividades de mañana (por hoy). Tal vez vamos y hay otro panorama. Hay muchos factores que cambian”, graficó Martín Oros, jefe de San Luis Solidario.
“Hay 160 personas trabajando entre bomberos voluntarios, oficiales, San Luis Solidario, Vialidad, Salud. A su vez, 120 policías se despliegan en distintas acciones. Siempre que pasan estas cosas damos las mismas recomendaciones, somos los que tenemos que tomar conciencia”, añadió.
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