La Selección Argentina juvenil de Handball Femenino, eligió el Centro de Desarrollo ubicado en Juana Koslay, para intensificar su preparación de cara al clasificatorio para el Mundial 2022. Durante su estadía, disputó dos partidos amistosos con las selecciones juvenil y mayor de San Luis.
Nuevamente una selección nacional elige San Luis para su preparación de cara a competencias internacionales. Esta vez fue el turno de “La Garrita”, la Selección Argentina juvenil de Handball Femenino que en noviembre conquistó la medalla dorada en los Juegos Panamericanos “Cali Valle 2021”.
En esta oportunidad, se trató de una preselección que entró en el tramo final de su preparación para afrontar el Torneo Centro Sur, que será a fines de abril en San Pablo, Brasil. De este torneo saldrán los representantes sudamericanos para el Mundial 2022 de la categoría, que se disputará del 3 al 14 de agosto en Georgia.
“Estamos muy agradecidos por las atenciones que recibimos, por la predisposición de los puntanos y por la infraestructura que tiene San Luis. Nos viene muy bien este tipo de concentraciones porque nos ayuda a prepararnos de la mejor manera para nuestros objetivos”, dijo el entrenador de la Selección, Martín Duhau.
Con respecto a la preparación del equipo, Duhau explicó que este proceso comenzó en agosto de 2021 con la mente puesta en el Mundial 2022, el gran desafío que tendrá la Selección en esta temporada.
Durante la estadía en San Luis, la preselección dividió sus trabajos entre gimnasio, cancha y sala de video análisis. Durante la noche del viernes y del sábado, disputó partidos amistosos con las selecciones juvenil y mayor de San Luis.
El jefe del Subprograma Desarrollo Deportivo, Agustín Alessio, celebró la llegada del combinado nacional “porque nos permite posicionar a San Luis como un centro de preparación de elite en el centro del país”. En esa sintonía, recordó que anteriormente pasaron por el “Ave Fénix”, “Los Gladiadores”, distintas categorías de la Selección Argentina de ciclismo, entre otros.
Por último, destacó el roce que adquieren las jugadoras locales al compartir entrenamientos y partidos amistosos “con un equipo que viene de ganar nada más y nada menos que los Juegos Panamericanos Juveniles”.
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