El juez Penal 1 de San Luis, Marcos Flores Leyes, adelantó a El Diario de la República que la próxima semana harán “una reconstrucción del hecho para determinar el lugar del tirador y la distancia”. Es decir, para saber en dónde estaba ubicada la persona que accionó la escopeta y a cuánto de los dos jóvenes que resultaron heridos.
Prado, según señaló el juez, hasta este miércoles permanecía hospitalizado y aún “no está en condiciones de declarar”. En caso de recuperarse y poder darlo, su testimonio será clave para esclarecer qué sucedió aquel día cerca de las cuatro de la madrugada, cuando él y su amigo fueron baleados, al parecer adentro de un campo situado al frente de la estación Shell de Juana Koslay.
Si bien hasta el momento no hay detenidos, los pesquisas presumen que los jóvenes habrían estado en la zona con intenciones de robo. Policías del Departamento Homicidios, que trabajaron en el lugar del hecho, hallaron un goteo de sangre que provenía de ese predio, cruzaba los dos carriles de la autopista y llegaba hasta detrás de un camión estacionado, donde cayó muerto Bustos Navarro. Luego el reguero hemático continuaba hasta la estación de servicio, adonde Prado, malherido, fue en busca de ayuda.
Él fue auxiliado por personal del Sempro y trasladado al Hospital San Luis. Según una fuente de la investigación, el chico solo mencionó que fue baleado por la espalda y no dio más detalles, ni siquiera mencionó que había otro herido.
Bustos Navarro fue hallado boca abajo detrás de un camión ubicado a unos 50 metros de la Shell. Tenía heridas de perdigones en la cara y el pecho. Según indicó el juez Flores Leyes, el joven había recibido un disparo a quemarropa. Se pudo inferir que la distancia entre la boca del arma de fuego
accionada y el joven fue de 25 metros aproximadamente, informó el Poder Judicial.
También indicaron que la autopsia reveló que recibió 34 impactos de perdigones que abarcaron cabeza, cuello, tórax, abdomen y cara interna del brazo derecho, sin orificios de salida y que murió a causa de un shock hipovolémico (hemorragia) producido por heridas de proyectil de arma de fuego.
Al día siguiente del hecho, los investigadores allanaron un campo lindero a otro donde hallaron el reguero de sangre que correspondería a Prado y Bustos Navarro. Una fuente de la investigación señaló que allí secuestraron “un rifle de aire comprimido, una linterna y un celular”.
Además, los pesquisas contarían con al menos tres registros de cámaras de seguridad, dos que corresponden a una vivienda del mencionado campo y la restante, a la estación de servicio, aunque el juez había solicitado que se averiguara si había más filmadoras en la zona.
Fuente: EDDLR
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